La liebre y la tortuga de Sanae Yamamoto hecho en 1924, normalmente el trabajo de animación era muy laborioso.
La empresa Yokohama Cinema Shokai se adelantó a sus competidores al comprar una nueva cámara de motor automático que no requería mover una manivela, lo cual permitía acelerar el trabajo.
La primera película rodada con esta cámara será Kaeru wa kaeru (Una rana es una rana, 1929), encargada nuevamente a Yasuji Murata.
Para el cine de animación, el celuloide es un material indispensable, pero en Japón no se fabricaba. El celuloide comenzó a distribuirse con profusión en Estados Unidos a finales de 1914 con los trabajos de Earl Hurd, quien además lo patentó. Como producto de importación, el celuloide era muy caro en Japón, por lo que en su lugar se empleaba una especie de cartulina sobre la que se dibujaban los personajes, que luego se recortaban y fotografiaban (sistema llamado cut out).
Murata era un maestro de esta técnica y no tenía nada que envidiar a sus competidores que usaban celuloide. Como título más representativo de animación por cut out destaca su Tsuki no miya no Ojo sama (La reina del Castillo de la Luna, 1934).
El primero en utilizar en Japón el tan preciado celuloide para el cine de animación fue Kenzo Masaoka, nacido en una familia adinerada de Osaka. Tras estudiar dibujo en una Escuela de Artes, inicialmente entra en el mundo del cine como actor, abandonando poco después en favor de la realización de dibujos animados.
Su primera película fue Nansensu monogatari Sarugashima (La absurda historia de la isla de los monos, 1930), acerca de un muchacho criado por un mono. Masaoka realizó también la primera película de animación sonora, Chikara to onna no yo no naka (Las mujeres y la fuerza mueven el mundo, 1932), donde utiliza parcialmente el todavía caro celuloide.
Masaoka no escatimó gastos para aumentar la calidad de sus películas, y así a partir de Chagama ondo (El ritmo de la tetera, 1934) empleará el celuloide para el total de sus obras. Otro de sus títulos, Mori no yosei (El hada del bosque, 1935), recibió elogios de sus colegas en el mundo de la animación y fue comparado a los cortos Silly Symphonies de Walt Disney.
Mientras que la mayoría de los cineastas contemporáneos se dedicaban a hacer películas de propaganda bélica para el ejército nacional, Masaoka realizará durante la guerra una obra de gran poesía que hará olvidar las penurias de la época y que quedará para la posteridad del género, Kumo to churippu (El tulipán y la araña, 1944).
De sus cintas de postguerra, la más representativa será Sute neko Tora-chan (Tora, el gato abandonado, 1947), sobre una gata que decide criar a un gatito que ha sido abandonado.
Masaoka, por haber sido el primero en introducir el celuloide en los dibujos animados y el primero también en realizar una película sonora de esta modalidad, ha sido llamado el padre de la animación japonesa y es respetado como tal.
II Guerra Mundial
Taro Melocotón, el guerrero divino de los mares: el primer largometraje de anime con audio realizado en 1943
En 1933, Mitsuyo Seo es contratado por los estudios de Kenzo Masaoka. Seo era un dibujante que destacó pronto por la gran rapidez con que realizaba su trabajo, que fue decisiva en la anteriormente citada Chikara to onna no yo no naka. Seo, que aprendió la técnica de sonorización de Masaoka, pronto se independizó. Su primera película fue Osaru Sankichi. Bokusen (Sankichi el mono. Defensa antiaérea, 1933), que recibió muy buenas críticas.
El 7 de diciembre de 1941 Japón ataca la base norteamericana de Pearl Harbour, comenzando su participación en la II Guerra Mundial.
Entonces, la Armada Imperial encarga a Seo una película de propaganda que realce los éxitos militares del Japón de cara a los más jóvenes. Así, con un equipo de cinco personas, Seo realiza la película de dibujos animados Momotaro no umiwashi (Las águilas marínas de Taro melocotón, 1942), de 37 minutos de duración, que a pesar de su descarado carácter propagandístico, tuvo gran éxito entre el público infantil.
Fue protagonizada por el personaje de los cuentos infantiles Momotaro, que aquí es el capitán de un portaaviones, mientras que perros, monos y perdices serán los pilotos de aviación. La flota enemiga viene dirigida por un personaje de gran parecido con Brutus, antagonista de Popeye, que aquí corre de un lado para otro huyendo de los ataques japoneses.
Seo entra a formar parte de la Shochiku Doga Kenkyusho, donde también se encontraba Kenzo Masaoka, y allí vuelve a recibir un encargo de la Armada. En enero de 1942, el Cuerpo de Paracaidistas de la Armada había descendido sobre la isla de Sulawesi (Indonesia), conquistando la base americana, así que se decidió airear también este primer éxito del cuerpo ante los niños japoneses con otra película de dibujos.
De esta manera se gesta la realización de Momotaro, umi no shimpei (Taro Melocotón, el guerrero divino de los mares, 1943), con un equipo de 70 personas (el mayor hasta entonces en la historia de la animación) y un tiempo total de elaboración de 14 meses. Finalmente se consiguió toda una superproducción de 74 minutos de duración, aunque el equipo se había reducido a 25 personas por haber sido llamado a filas parte del personal masculino y a las fábricas de armamento el femenino.
Terminada la guerra, Seo realizó en 1947 Ōsama no shippo (La cola del rey), vagamente inspirada en el famoso cuento de Hans Christian Andersen El traje nuevo del emperador, pero la película no se llegó a estrenar. Después de esto, Seo deja el cine y se dedica a dibujar para las revistas de niños, o a diseñar personajes para adornar la ropa infantil.
En 1933 se estrena Ugoku-e Kori no tatehiki (El duelo del zorro y el tejón en dibujos animados), que contaba una historia protagonizada por unos tejones que viven en un templo budista.
Un zorro que ha adoptado la forma de samurái llega al templo, sucediéndose un duelo de transformaciones entre los tejones y el zorro que termina con la derrota de este último.
Entre los gags que aparecen en la película, está el del zorro-samurái disparando una ametralladora. El director fue Ikuo Oishi, quien tras filmar un anuncio en dibujos animados para una fábrica de chocolate, decidió dedicarse a la realización de cine de animación.
Su obra más representativa fue Futatsu no Taiyo (Los dos soles, 1929), pero con el estallido de la guerra se dedicó a realizar películas de instrucción para la Armada. Durante uno de estos trabajos, el barco en el que volvía de rodar unas tomas en el extranjero es hundido por un submarino norteamericano, falleciendo.
En 1940 se estrena una adaptación en dibujos animados de la famosa ópera de Puccini Madame Butterfly, O-Cho fujin no genso (Fantasía sobre la Dama Mariposa), realizada por el sistema de animación con siluetas y firmada por Kazugoro Arai y su amigo Tobiishi Nakaya.
Arai, que al igual que Tobiishi en realidad ejercía como dentista, decidió dedicarse a la animación por sombras tras quedar fuertemente impresionado por la visión de la alemana Prinzen Achmed(1926) de Lotte Reiniger. En los ratos libres que les dejaba su profesión, ambos se dedicaron a estudiar el mundo de la animación, llegando a convertirse en profesionales.
En 1942 Tobiishi murió como consecuencia de la guerra, pero Arai continuó su trabajo en solitario. De sus obras más representativas destacan Ogon no tsuribari (El anzuelo de oro, 1939), Jack to mame no ki (Jack y la mata de habichuelas, 1941) y Kaguya hime (La princesa resplandeciente, 1942).
Postguerra
Con la derrota de Japón en agosto de 1945 termina la II Guerra Mundial, constituyéndose en octubre del mismo año la Shin Nihon Dogasha, dedicada a la producción de películas de dibujos animados, con Sanae Yamamoto y Kenzo Masaoka como figuras principales. Centrada en Tokyo, llegó a reunir hasta 100 personas para dedicarse al mundo de la animación, pero la falta de trabajo obligó a disolver la recién nacida compañía.
En 1947, contando entonces con la colaboración de Yasuji Murata, se forma en su lugar la Nihon Manga Eigasha, donde Masaoka concluye Sakura (El cerezo), obra que describe las bellezas de Kyoto a lo largo de las cuatro estaciones pero que, sin embargo, no llega a estrenarse. Tras ello, en 1948 Yamamoto y Masaoka deciden independizarse de Nihon Manga Eigasha para formar la Nihon Doga Company.
En septiembre de 1950, con gran retraso, se estrena en Japón la película de Disney Blancanieves y los siete enanitos (1937), que según se dice, el director de animación Osamu Tezuka vio unas 50 veces. En 1952 Noburo Ofuji rueda un remake de su película de 1927 Kujira (La ballena).
A la idea primitiva de animación por sombras, Ofuji añade la inspiración de las vidrieras occidentales para utilizar celofán coloreado.
En el Festival de Cannes de 1953 compitió en la sección de cortos, pero finalmente el premio se lo llevó Crin Blanc (Albert Lamourisse, 1953), quedando su obra en segundo puesto. Se dice que Pablo Picasso vio entonces este trabajo de Ofuji, por el que quedó fuertemente impresionado.
Poco después, la película de animación por siluetas Yurei-sen (El barco fantasma, 1956) consigue un premio especial en Venecia, con lo que el nombre de Ofuchi pasa a ser reconocido en el extranjero.
En enero de 1950, el dibujante Ryuichi Yokoyama, conocido por el manga Fuku-chan, decide dedicarse al mundo de la animación tras haber visto el corto de Disney The Skeleton Dance (1929), que se había estrenado en Japón en 1930. Para ello, compra una cámara de 16 mm y convierte su casa en estudio de cine, que llamará Otogi Productions, comenzando el trabajo en marzo del mismo año con un equipo de seis personas.
Su primera película será el mediometraje Onbu o-bake (El duende a hombros), de la que hará una proyección en sala privada en diciembre de 1955, con asistencia de varias personalidades de la esfera cultural, entre ellas Yukio Mishima.
Su segunda película será Fukusuke, estrenada en salas comerciales en octubre de 1957. Al año siguiente utilizará el amplio terreno del jardín de su casa para construir unos estudios mayores, aumentando su equipo a 23 personas. Tras ello realiza su tercera película, Hyotan Suzume (1959), que cuenta la lucha contra unas ranas malvadas que han roto la paz de una aldea de pacíficas congéneres.
A continuación estrena Otogi no sekai ryoko (Viaje alrededor del mundo, 1962), compuesta por cinco partes, la tercera de los cuales, Tatsumaki ni sukareta akai shatsu (La camisa roja que se llevó el ciclón), tiene el interés adicional de remitirse al estilo del ukiyo-e.
Otogi Productions necesitó considerables préstamos de dinero para poder realizar largometrajes, pero no consiguió recuperar la inversión realizada, por lo que terminó en bancarrota en 1972. Yokoyama termina así su labor pero contribuyó a la formación de nuevos técnicos del género. Uno de ellos, Shinichi Suzuki, llegó a realizar por su cuenta un cortometraje de ciencia-ficción titulado Purasu 50.000 nen (50.000 años después, 1961), que recibió buenas críticas en Francia con motivo de su proyección en el Festival Internacional de Cortometrajes.
Bunraku
En Japón existe un teatro tradicional de muñecos llamado Bunraku, que todavía se representa de vez en cuando. En el cine de animación existe también la variante de películas de marionetas, cuyo más conocido exponente está en la cinematografía checa.
Tadahito Mochinaga (1919-1999) fue el primero en producir animación basada en el bunraku, y enseñó esta técnica para el cine de animación a los realizadores chinos. Mochinaga, discípulo de Mitsuyo Seo, había sido encargado de realizar películas en China durante la guerra, permaneciendo allí hasta 1955.
Al regresar a Japón forma la Ningyo Eiga Seisakusha, dedicada al cine de marionetas y que ofrece nueve títulos, de los cuales destacan Uriko Hime to amanojaku (La princesa Uriko y el diablo rabioso, 1956) y Chibikuro Sambo no tora taiji (El negrito Sambo vence al tigre, 1956). Este último consiguió el premio a la mejor película infantil en el Festival de Cine de Vancouver.
Como discípulos más aventajados de Tadahito Mochinaga en el cine de marionetas destacan Kihachiro Kawamoto (1924) y Tadanari Okamoto (1932-1990). Kawamoto, tras una etapa trabajando con Mochinaga, viaja a Checoslovaquia en 1963 para conocer a su admirado Jirí Trnka (1912-1969), gracias al cual perfecciona la técnica de animación de marionetas.
De vuelta a Japón realizará con producción propia títulos de esta modalidad como Hanaori (La flor arrancada, 1968), Oni (El demonio, 1972), Dojoji (El templo de Dojo, 1976) y Kataku (1979), en su mayor parte basados en piezas tradicionales del teatro Nō o el Kyogen.
Kawamoto consiguió varios premios en festivales internacionales, dando así su nombre a conocer en el extranjero. Tadanari Okamoto, que aprendió también la técnica de Mochinaga, se independizará para formar la Eko sha, dedicada al público infantil. Sus trabajos más representativos fueron Fushigi na kusuri (Un medicamento extraño, 1965), Home my home (1970), Chiko tan (1971) y Okon joruri (1982).
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